Muchas de las que me siguen en twitter habrán leído el sábado pasado lo triste que estaba al regresar del baby shower que me organizó mi mamá.
Lo admito, lloré y mucho, no sé si fueron las hormonas o el hecho de que esperaba mucho más de las personas que habíamos invitado, no lo digo por los regalos, sino simplemente el hecho de asistir.
Con toda la ilusión y sacrificio del mundo mi madre contrató un desayuno en un restaurante para 65 personas, la entiendo, ella no quería andar cocinando y estresada por la comida, así que un local donde nos alimentaran sería perfecto. Hicimos la lista con mucho cuidado, invitando a las personas más cercanas como familiares y amigos, con el fin de disfrutar con las personas que apreciamos de una mañana llena de amor.
El día llegó y esperamos con mucha ilusión. La cita era a las 9am y las personas empezaron a llegar alrededor de las 10am, es normal, en México todo mundo llega tarde a las fiestas, pero cuando eran las 11am y sólo estábamos 20 personas la cosa se tornó un tanto extraña para nosotras.
Disfrutamos mucho de la fiesta y una de mis amigas nos ayudó a organizar con mucho amor los juegos, pasamos un rato agradable a la orilla del mar y hasta olvidamos por un rato que eramos poquitas.
Cuando todo terminó, llegó el momento de pagar las cuentas al restaurante y mi noté el semblante de mi madre triste, me preguntó si había entregado todas las invitaciones, obviamente le dije que si.
Mi madre pagó más de la mitad de platillos que nadie comió y todavía se me salen las lágrimas al escribir esto. No es por el dinero, lo material viene y va, aunque yo sé todo lo que tuvo que trabajar para ganarlo, me duele mucho que este evento haya pasado desapercibido por tantas personas.
Estuve esperando a compañeras del trabajo a quienes aprecio mucho, familiares cercanos a los que adoro, amigas de muchos años y nunca llegaron. Ni siquiera mandaron un mensaje, whatsapp o inbox justificándose.
Son esos momentos en los que te pones a pensar si realmente cuentas con algunas personas, si realmente tienes verdaderos amigos, aunque solo fue una fiesta, fue un momento importante.
No me mailterpreten, estoy muy agradecida con todas las que asistieron, sé que varias hicieron un esfuerzo enorme para comprarme un regalo o para llegar mas o menos a tiempo debido a sus compromisos. Siempre lo recordaré, lo tendré presente en mi corazón.
Espero este trago amargo pase pronto y nadie se ofenda con esta entrada, es un blog personal y mi objetivo es sólo desahogarme.